El patriarca de la dinastía Quintanilla, Abraham Quintanilla Jr., falleció a los 86 años el 12 de diciembre de 2025, informó su hijo A.B. Quintanilla a través de redes sociales.
La noticia cierra un capítulo central en la historia de Selena Quintanilla, cuya relación con su padre estuvo marcada por el amor paternal, una ambición compartida y una férrea protección que definió su vida y su carrera.

El origen de una relación exigente
Abraham Quintanilla nació en 1939 en Corpus Christi, Texas, y desde joven se vinculó con la música.
Tras el nacimiento de Selena en 1971, su tercera hija, identificó tempranamente el talento de ella y de sus hermanos.
En los años ochenta impulsó la creación de Selena y Los Dinos, sacó a su hija de la escuela para concentrarse en giras y presentaciones, y convirtió la música en el eje absoluto de la vida familiar.
Durante esa etapa inicial, Abraham asumió el rol de guía estricto y mánager total.
Organizó presentaciones en ferias, bodas y restaurantes, incluso en su propio negocio, PapaGayos, y sostuvo el proyecto aun cuando la familia atravesó una bancarrota.
La disciplina y el control marcaron la dinámica entre padre e hija, pero también sentaron las bases de un ascenso imparable.
Tensiones por amor y autonomía
El conflicto más visible surgió en 1990, cuando Selena inició una relación secreta con Chris Pérez, guitarrista de la banda.

Abraham lo despidió al considerar que el romance ponía en riesgo la carrera de su hija.
La tensión alcanzó su punto máximo cuando Selena y Pérez se casaron en secreto en 1992, una decisión que confrontó directamente la autoridad paterna.
Con el tiempo, Abraham aceptó el matrimonio y se reconcilió con la pareja.
Como gesto de ese viraje, les regaló una casa, símbolo de una relación que pasó del control absoluto a una aceptación tardía, pero significativa, de la autonomía de Selena.
El legado tras la tragedia
Tras el asesinato de Selena en 1995, Abraham Quintanilla asumió el liderazgo del legado familiar.
Produjo álbumes póstumos, documentales y proyectos conmemorativos, fundó la Selena Foundation para apoyar a niños en crisis y mantuvo el control del imperio musical a través de Q Productions, empresa que había creado en 1993 para administrar el éxito internacional de su hija.
Padre e hija, una historia inseparable
Selena Quintanilla se consolidó como la Reina del Tex-Mex y una de las artistas latinas más influyentes de todos los tiempos, pese a morir a los 23 años.
Su historia no puede entenderse sin la figura de Abraham, un padre que combinó amor, ambición y protección extrema, y cuya influencia definió tanto el ascenso de Selena como la narrativa que hoy sigue viva en la memoria colectiva.



